Llevo días y noches...encerrado.
Cada marca en la pared...es una cuenta atrás de mi ansiada libertad...pero ¿qué fue lo que me llevó a esta cruel condena?
Ni los rayos de sol son capaces de calentar estas frías piedras que en un cuadrado me encierran,tan solo un pequeña ventana por la que entra claridad...pero es insuficiente...para aclarar esta maldita oscuridad, la huella queda marcada en el suelo, es ...la sombra de los barrotes... y la claridad rellenando la sombra de aquella ventana.
Allí yacía mi cuerpo moviendome lentamente al paso que avanzaba la luz...no quería que mis ojos se acostumbraran al clamor...de la soledad...al clamor...de la oscuridad... al destierro de sentimientos...
Ya olvidé cual fue mi condena, olvidando esto...¿ cómo podre buscar mi libertad?...
La respuesta...como siempre está en uno mismo.
"A la hora de la verdad,que es la de buscarse a si mismo en lo objetivo,uno olvida todo y se dispone a no ser fiel mas que a su propia sinceridad." Gerardo Diego.
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