lunes, 12 de noviembre de 2012

...Tus manos dibujando nuestra vida en el suave lienzo de mi piel...

Volver de camino a casa, esperar en la parada de autobús  notar como el frío aumenta cada al mismo ritmo que tachas los días en el calendario, subir al autobús y notar como los carrillos comienzan a coger algo de color.
Mis ojos buscan la belleza del atardecer, el cielo se ruboriza al decir adiós a un día un tanto incierto, y tiende a difuminarse en tonos púrpuras hasta desaparecer en la oscuridad.

Abrir la puerta, dejar todos los bártulos desabrigarse, tumbarse en la cama y respirar profundo. El ambiente se apodera del bello de mi piel y sentir que lo necesario es estar bajo el agua.

Desprenderse de toda ropa y sumergirse rodeada de vapor bajo la columna de agua que calienta mi cuerpo.
Sentir un pequeño halo de frío, no abrir los ojos, no inmutarse y seguir disfrutando relajada sin atender a distracciones.

Sentir el aliento en mi nuca, una mano cariñosa rozar mi hombro recorriendo mi brazo hasta entrelazarse con mi mano, y otra mano en la tripa que me acerca . Notar un juguetón beso en el cuelo y como los brazos esta vez me abrigan.



Sabía que sólo podías ser tú.

Tú y tus manos dibujando nuestra vida en el suave lienzo de mi piel.